Juego simbólico con muñecos

La importancia del juego simbólico, ese juego representativo que se inicia alrededor de los 12 meses y va evolucionando en diferentes etapas. Ese aprender jugando mediante el cual nuestros hijos se relacionan consigo mismos y con su entorno, desarrollan el lenguaje, asumen roles, socializan, se fomenta la imaginación y la creatividad, y hasta ayuda al desarrollo emocional. Y todo esto sucede mientras juegan, y uno de los juegos simbólicos favoritos de los peques es, sin duda, jugar con muñecos, con bebés a los que cuidar y a los que proyectar todas esas emociones que sienten en ese momento en el que empiezan a dejar de ser bebés para ser niños.

Para mi chiquitina al principio eran un juego más, pero últimamente es su juego simbólico preferido. Siempre anda con algún bebé al que cuidar, del que ser su “madre”, al que lleva al médico, al que le prepara la comida y hasta al que le explica los propios límites que nosotros le establecemos a ella. Y esto último es algo que me reconforta, porque en ese momento siento que aunque a veces no lo parezca, ella entiende y asume todo aquello que le explicamos.

Por eso es tan importante observarles, desde la distancia, sin intervenir, sin dirigir, ni criticar, cómo juegan, cómo se relacionan y qué emociones y sentimientos transmiten a través de este juego.

Así que dejemos muñecos al alcance de nuestros hijos y sentémonos a escuchar, muñecos como estos nuevos bebés que representan estar algo más “despiertos” que el habitual bebé al que sólo se le puede ofrecer los primeros cuidados. Estos bebés de ojos grandotes y cara simpática invitan a interactuar y jugar, en este caso os enseño el nuevo compañero de juegos de mi chiquitina, este bebé Bouncin’ Babies de Cife, ideal a partir de 3 años, del que no se separa. Quizás sea por esa cara regordeta y graciosa que parece tener ganas de jugar siempre, o porque lleva unos accesorios que sin ser demasiados y ocupar mucho sitio en casa, dan mucho de sí. Por un lado puede simular llevarlo en una mochila, porteándolo, tal y como hice con ella, y esto es algo que le ha encantado, tanto a ella como a mí. Y esta mochila también se puede acoplar a un soporte, convirtiéndose en un carro al que llevar y traer tranquilamente cuando los brazos se cansan de llevarlo.

Un bebé juguetón de cuerpo blandito, cabezota, y que da más de sí que un habitual bebé al que dormir, cambiar pañal o dar biberón. Este no es un bebé llorón, es ese bebé que empieza a crecer, a andar y trastear por toda la casa.

Y ya que hablamos de juegos quizás os apetezca leer esta reflexión sobre los juguetes que invitan a crear y pensar, y los que invitar a pulsar un botón.