5 formas de ayudar a su hijo a afrontar el estrés
¿Alguna vez has notado que, sea cual sea el estado de ánimo en el que te encuentres, tu familia se siente igual? Te guste o no, tu estado de ánimo como madre marca la pauta de vuestros días.
Ya sea que te sientes feliz y llena de energía, o decaída y estresada, lo más probable es que tu peque se sienta de la misma manera.
Así que hoy nos vamos a centrar en esos momentos en los que nuestro estado de ánimo les puede influir más negativamente. Vamos a hablar de lo que puede ayudar a tu hijo a lidiar con el estrés y encontrar alivio cuando los días se vuelven difíciles y complicados
EL ESTRÉS ES INEVITABLE
El estrés es inevitable. Muchas veces nos vemos sobrecargados por la rutina, el trabajo o las preocupaciones y acabamos no sabiendo gestionar nuestras emociones. Y, ojo, no hablo de controlarlas, ya que las emociones no se pueden controlar y todas son necesarias de expresar. Lo que sí debemos aprender es a gestionarlas y en nuestra tarea como padres mostrar a nuestros hijos cómo hacerlo.
Y, como tal, el estrés dificulta mucho la regulación de nuestras propias emociones.
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Gritar a tu hijo porque estás enfadada con tu pareja
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Desconectar de tu hijo porque te preocupa el dinero
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Estar impaciente con tu hijo mientras esperas una noticia importante del trabajo
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Sentirte exhausta y derrotada antes de que tu pequeño incluso te dé ese primer beso en la mejilla.
Todos estos sentimientos son completamente válidos y normales, y es lógico que quieras encontrar una manera de intentar eliminarlo pero resulta prácticamente inevitable. Pero la solución es aprender a gestionarlo.
Y si como adulto sientes que te resulta difícil, imagina lo duro que puede ser para tu pequeño.
Por lo que lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos cuando el estrés golpea la puerta es enseñarles habilidades para afrontarlo y practicarlas nosotras mismas.
CÓMO GESTIONAR EL ESTRÉS
A continuación te propongo cinco ideas que puede probar la próxima vez que notes que tu peque puede sentirse abrumado, ansioso o estresado. Yo misma las he puesto en práctica siendo consciente de que tanto mi chiquitina, como yo necesitábamos calmarnos.
1. Ofrece juego sensorial
El juego sensorial es una excelente manera de reducir el estrés, así como de calmar la ansiedad. Al estimular los sentidos de tu hijo a través del juego sensorial, se concentra y puede regular mejor lo que está sintiendo. Esta actividad no tiene por qué ser nada compleja. Puede ser algo tan simple como girar en una silla, bailar, correr y saltar con el viento, cocinar o hacer un puzzle. Si te apetece algo más concreto puedes ofrecerle un contenedor sensorial y dejar que la tranquilidad os vaya invadiendo.
2. Aumentar el sueño
El sueño reduce la irritabilidad y la ansiedad, por lo que solo tiene sentido hacer del sueño una prioridad cuando se siente estresado y agotado. Si tu hijo está fuera de la etapa de la siesta, como la mía, una forma de asegurarse de que descanse más es hacer un esfuerzo consciente para llevarlo a la cama más temprano. No lo compliques demasiado, solo intenta acostarlo 5 minutos antes que la noche anterior y continua con esto durante unos días. Aquí te comparto una rutina de noche que en casa suele funcionar bien.
3. Salir
Salir al aire libre no solo es una manera fácil de reducir el estrés, sino que también se ha demostrado científicamente que reduce las hormonas del estrés. ¡No pienses que tiene que ser un súper plan para que sea efectivo! Podría ser tan sencillo como salir a dar un paseo por el barrio. Sin olvidar que una buena dosis de vitamina D ayudará a que os sintáis mucho mejor.
4. Más agua
El agua en todas sus formas reduce el estrés. Bebed más agua, o añadirle fruta por si os apetece con sabores, id a nadar si tenéis la oportunidad, saltad en los charcos los días de lluvia, ¡incluso preparaos un baño al mediodía solo por diversión! Podéis buscar unas bombas o sales de baño para hacer del momento bañera algo muy especial. O, simplemente, prepara un contenedor con agua, un dosificador con algo de jabón y unos muñecos o juguetes de tu peque para darles una buena sesión de baño.
5. Conectar
Toma 10 minutos para ti y tu hijo, para conectar. Fuera pantallas, sin juguetes, sin distracciones, solo vosotros. Lo único que nuestros hijos necesitan de nosotros es toda nuestra atención. Estar presentes y disfrutar de este tiempo con ellos. Haz contacto visual y hazle saber que estás ahí para él.
Ojalá pudiéramos eliminar las preocupaciones fácilmente, pero la realidad es que forman parte de nuestras vidas y que, la mayoría de las veces, tendremos que gestionarlas para que nuestros pequeños sufran menos el estrés.
Porque, además, luego llega la culpa de madre y nos hace sentir que no lo estamos haciendo bien. Pero no lo olvidemos, si estás aquí leyendo esto es porque eres consciente y reconoces aquello que debes cambiar. Eso te hace ser una madre increíble.
Aprender a lidiar y gestionar el estrés, le estamos enseñando a nuestros hijos una valiosa lección de vida y unas herramientas para asegurar su felicidad.
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