Dormir. El sueño del bebé. Sí, ese tema que para muchas se convierte en el talón de Aquiles de su relación con su pequeño. Esa necesidad básica para el bebé y para la madre que pasa a ser la protagonista de sus días y sus noches. Hoy voy a hablar desde mi propia experiencia personal, porque después de casi tres años sin dormir creo que puedo aportar algo, al menos mi punto de vista, mis fracasos, mis intentos, mi desesperación y mis ojeras.
“Cuando pase la cuarentena ya dormirá bien, ya verás. Al cumplir los tres meses, notarás la diferencia. Al comenzar la alimentación complementaria, ahí lo vas a notar”, me decían.
Y así etapa tras etapa iba escuchando diferentes discursos de consuelo, todos con buena intención, pero la realidad, increíblemente dura, es que ninguno de estos pronósticos se cumplió. Y todas las madres que estéis en esta situación sé que os estaréis sintiendo reflejada, que resignadas vamos asumiendo que no, que no es una cuestión de etapa, sino sencillamente de maduración del sueño y que llegará, pero que no sabemos cuándo. Y sí, llega, no os desaniméis, porque llega. Ahora ya puedo decirlo. Llega.
El patrón de sueño de mi hija, durante casi tres años fue despertarse cada dos horas durante toda la noche. Es decir, en una noche podíamos tener entre cuatro o cinco despertares. Era infalible, si se dormía a las diez de la noche, a las doce en punto se despertaba. Conseguía dormirla y dos horas después, de nuevo, se despertaba. Y así noche tras noche. Mi patrón de sueño también cambió. El entrenamiento diario hizo que mis horarios se perturbaran, y yo misma llegaba a despertarme antes que ella. Cada dos horas. Las 1095 noches que componen tres años, con sus noches mejores, y peores.
Sí, hicimos colecho, la lactancia materna lo propiciaba. No, no mejoró. Probé aceites esenciales, masajes, saquitos térmicos de aromaterapia, música, yoga, flores de Bach y sí, también, la melatonina. Fue un intento inútil, fallido, pero que en la locura de mi privación de sueño continua, probé. Mi hija conciliaba el sueño rápidamente, pero a las dos horas seguía despertándose. Nada cambió. Yo misma me tomaba las gotas de melatonina para intentar dormirme enseguida y aprovechar su breve tiempo de sueño. Esperaba que su despertar pasara por encima de mi profundo sueño y no llegar a enterarme. Solo quería dormir. Dormir.
Sentirse resignada con esta situación, no evita que nos enfademos, nos frustremos, deseemos escapar, huir, gritemos, no queramos ni estar tan siquiera con nuestro bebé. Sí, eso sucede, no te sientas rara o mala madre por ello. Ese precioso bebé al que tanto quieres es el responsable de que no puedas dormir, y aunque no tengan culpa de nada, tú no puedas evitar sentir rechazo en algunos momentos. Esos son los momentos oscuros, terribles, en los que la tormenta de esa tortura descarga sobre la maternidad. Porque la privación de sueño es una de las peores torturas que existen. Más aún cuando todos esos sentimientos no los puedes compartir, ni expresar abiertamente por temor a lo que puedan pensar de ti.
No estás haciendo nada mal
Ahora mi hija duerme. A lo sumo un despertar en la noche, aunque en general duerme las noches enteras. No, no fue al finalizar la lactancia materna. No, no fue al iniciar el colegio. Fue cuando tuvo que ser. Cuando llegó la maduración del sueño y su cuerpo estuvo preparado.
No estás haciendo nada mal. No escuches a quién te cuente, aconseje o indique todo lo que tienes que hacer para que tu criatura duerma. Prueba e intenta solo aquello que tú quieras, no te sientas mal si no consigues resultados, sois personas. Si tu hijo/a no está preparado, no lo está y si tú te sientes mal, tienes derecho a estarlo. No permitas que te invada la culpabilidad, ni pienses que a tu peque le sucede algo. Todo es normal, todo lo que sucede, todo lo que sentís. No todos los niños duermen las noches enteras, no todos los niños concilian el sueño hasta el día siguiente, no. Cuídate, cuídale y no olvidéis que pese a todo el cansancio y las ojeras, tu sueño ya se ha cumplido, el otro, acabará llegando.
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15 comments
Estar informado de que está situación es completamente normal es lo que a mí me sirve. Psicológicamente es duro, pero saber que es una etapa pasajera ayuda. Llevamos 31 meses con despertares igual, cada 3 horas ahora, colechando y con lactancia. Me he acostumbrado tanto que no necesito dormir más. Buscar apoyo, comprensión y autocuidado que compense en el día a día (un baño relajante, leer) para que la mami de reconforte
Es una etapa durísima y no sé habla de ella. Los que lo hemos vivido sabemos lo qué es y qué implica. El nivel de agotamiento es demasiado alto. Y el autocuidado es imprescindible, aunque en mi caso hubo poco
Que maravilloso que compartas tu experiencia, seguro que a más de una mamá le servirá muchísimo. Por suerte Nerea de noche ha sido de dormir algo más y hacer despertares muy cortos… pero me suena mucho y muy común lo que cuentas
Te dejo un abrazo y un agradecimiento por este post con el que muchas se sentirán conformadas, me encanta como recalcas que no es algo que estemos haciendo mal
Me alegro que te haya gustado, gracias por tu abrazo, es un abrazo para todas las que hemos pasado por esta etapa tan difícil y para las que aún siguen cada noche en ese camino. Mil besos
Bueno me gusta leer esto porque me doy cuenta que no soy la única que no sé que es algo normal y no que mi hijo es extraño por no dormir ya estoy resignada aunque muchas veces me molesto en las madrugadas pero ya luego en la mañana cuando despertamos y el sonríe se me pasa todo
Yo estuve un año como tu y fue terrible. La falta de sueño es un mini infierno… Me alegra que sus ritmos se estén regulando y duerma mejor.
Me veo reflejada en esta entrada, a mi y a mi hija, que durante los dos primeros años de su vida se despertaba cada tres cuartos de hora. Probamos de todo y llegué a pensar que lo estaba haciendo todo mal. Gracias por este post, puede ayudar a muchas mamis como nosotras. Algún día contaré mi historia. 🙂
Te comprendo perfectamente. Mi hija mayor durmió su primera noche entera casi a los 3 años
Y es tan, tan duro y difícil
[…] Permitidme que haya sacado punta a la ironía para desahogarme sobre este tema, espero vuestros comentarios. Y os comparto también un post muy personal sobre el tema del sueño de mi hija. […]
Es muy duro… Mi niña tiene 5 meses, empezó durmiendo muy bien, tenía dos meses y aguantaba 5 horas. Pero de repente…. Comenzó a despertar cada hora y media, e incluso cada hora… Así seguimos desde que cumplió 3 meses. Es súper agotador, he pensado de todo, que es culpa mía, que no lo estoy haciendo bien, que la lactancia ya no le alimenta lo suficiente, que tenía que haber hecho colecho desde el primer momento… Leer este artículo me ha ayudado a ver qué no soy yo… Que es algo que madurará con el tiempo… Y llegará…
Me ha encantado este post, la de madres que habrá desesperadas pensando que quizá están haciendo algo mal, pensando que ese día en que duerma del tirón no va a llegar… Y a veces escuchando encima críticas de que es porque hay algo que estamos haciendo mal y deberíamos hacerlo así o asá… Me ha encantado el final!!
Qué agradecida estoy por este post y por haberte descubierto. Soy mamá desde hace tres meses y está siendo muy duro…mi hijo también se despierta cada dos horas. Lo que me agobia es que solo quiere brazos y más brazos. Hago colecho pero las siestas por el día las hace encima mío. Estoy intentando “enseñarle” a dormir solo y acostumbrarle a la cuna pero de momento sin éxito. Yo disfruto sintiéndole y abrazándole pero es inviable y más aún en septiembre, que me incorporo a trabajar. En fin, quiero pensar que iremos adoptando rutinas y su demanda será menor. Eso sí, el entorno no ayuda mucho con sus comentarios (le estás malcriando, deja que llore, etc). Reitero mi agradecimiento. Un abrazo!
Respira, piensa en tu bebé y en ti. Nada es inviable, sólo que tu situación actual no coincide con ninguna antes conocida, te sientes exhausta, perdida, agotada, superada y sola. Necesitas expresar lo que sientes y debes priorizar. Septiembre ya llegará, no hagas cosas ahora pensando en luego. Si tu bebé y tu os necesitáis eso es lo primero. Te lo aseguro. Sé que ahora lo ves todo oscuro. Pero te aseguro que pasará. Soy la prueba de ello. Un abrazo enorme y aquí estaré siempre. No sé si me sigues por instagram, por si me quieres escribir por alli más rápido y si no un email. Besos