La tierna historia de un topo muy curioso que quiere descubrir que hay más allá de su madriguera y su familia
Autora e ilustradora: Taína A. Gil
Lo podéis encontrar aquí
Zul, es un pequeño topo de nariz estrellada, curioso y con ganas de descubrir qué hay más allá de los túneles de su madriguera, descubrir qué hay más allá de los límites que su familia le pone ¿Os suena de algo? Sí, ¿verdad? Porque así son nuestros hijos, pequeños exploradores que en su ávida necesidad de saber y conocer, no tienen reparos en querer ir más allá, en dar esos dos pasos de más que los alejan de nosotros.
Nosotros pensamos en su seguridad, en su bienestar, en protegerles. Ellos no conocen el miedo, el peligro, sólo quieren tener respuestas a las cientos de preguntas que se hacen, que nos hacen. Por eso Zul se aleja, abandona la seguridad de encontrarse bajo tierra y busca la luz, busca las respuestas.
No teme a todo lo que le han contado; “esferas gigantes que calientan la piel, gusanos voladores”. Nada le preocupa, porque él quiere verlo por sí mismo.
Así que desobedeciendo a todo lo que le habían dicho, Zul sale de expedición para averiguar si hay algo más.
Esta preciosa historia de un pequeño inconformista, llena de unas bellísimas ilustraciones que os van a llevar de excursión por esta aventura, puede ser aplicada a cualquiera de nuestros peques, porque a todos ellos les invade la CURIOSIDAD. Sí, en mayúsculas y lo sabemos, y es más, nunca lo debemos olvidar. Nunca debemos dejar pasar de largo la ocasión de satisfacer ese “hambre” de conocimiento, de observar y de saber. Para que, quizás, en vez de alejarse de nosotros para descubrir, nos inviten a ir con ellos, quieran que seamos sus compañeros de aventuras, siempre.
Somos los adultos los que tantas veces lo olvidamos, somos los padres los que hemos perdido la capacidad de asombro, de sorprendernos fácilmente, somos lo que hemos olvidado lo fascinante que es observar caracoles, hormigas u objetos brillantes en el suelo de camino al cole. Reconozcámoslo, nos cuesta asombrarnos y olvidamos lo que todo aquello era cuando éramos niños. Así que seamos Zul, ya no digo nuestros peques, ellos lo son por naturaleza, somos los adultos los que les vamos despojando del asombro, adentrándolos en el mundo de los mayores, reclamando su atención sobre cosas que creemos más importantes y no queremos detenernos por nada. Seamos Zul, cojamos de la mano a esos pequeños exploradores y, sin miedo, sin reservas, vayamos a descubrir el mundo. El mundo de nuestros hijos, el que para ellos lo es todo y el que un día lo fue para nosotros, y olvidamos que se lo dejamos en legado. Recuperémoslo. Os invito a que descubráis esta historia y la disfrutéis juntos, en familia, tal y como hace este topito que acaba regresando a casa para compartir con sus padres todos sus grandes descubrimientos. Una historia indispensable para niños y mayores. Podéis adquirirlo aquí.
Y si queréis conocer a otra aventurera os invito a conocer a Pequeña en la Jungla
3 comments
¡Qué reseña más bonita! Y cuánta razón… 🙂
Me encantan los cuentos curiosos.
Gracias por compartir.
Mamidecarlota2016
Muy bonito, unas ilustraciones tb geniales