Un año contando, un año compartiendo, un año soñando, un año acercándoos mi estrella, un año creciendo junto a vosotros, un año de ilusiones, un año del blog.
Uncategorized
Lommodo ligula eget dolor. Aenean massa. Cum sociis que penatibus et magnis dis parturient montes lorem, nascetur ridiculus mus. Donec quam felis, ultricies nec, pellentesque eu, pretium quis, sem. Nulla onsequat massa quis enim. Donec pede justo fringilla vel aliquet nec vulputate eget. Lorem ispum dolore siamet ipsum dolor.
Et harum quidem rerum facilis est et expedita distinctio. Nam libero tempore, cum soluta nobis est eligendi optio cumquer nihil impedit quo minus id quod maxime placeat facere.
Cuando me convertí en madre comprendí muy pronto que tenía que seguir mi instinto, escuchar mi voz de madre y sentir a mi bebé para que ambos estuviéramos bien, para que ambos fuésemos felices. Y así fue cómo comencé a hacer colecho, y así fue cómo comencé a escuchar la voz de mi bebé.
Estos podrían ser los sentimientos de cualquier bebé, y para descubrir la voz de una mamá no dejéis de leer hasta el final.
La información está al alcance de un clic. No defiendo la ignorancia, no me malinterpretéis. Considero que nuestros hijos deben poseer una cultura general amplia y sólida, que los centros les ofrezcan en función de sus edades los conocimientos y habilidades necesarias.
Pero justo estoy inmersa en la búsqueda de colegio para mi chiquitina y los centros, fiel reflejo de la sociedad competitiva,
Ni los niños, ni las madres somos simples artículos u objetos a los que colgar una etiqueta, pero por alguna extraña razón somos el objetivo fácil de todo tipo de críticas, nos llueven los adjetivos y parece que no tenemos un buen paraguas para aguantar semejante chaparrón. Y no tenemos ese paraguas porque entre nosotras mismas; las madres, no nos apoyamos, y desafortunadamente muchas de esas “etiquetas” nos las colgamos nosotras, las compañeras de maternidad.
A riesgo de ser criticada sólo por el enunciado, hoy os voy a explicar porqué evito el muy bien, al igual que os expliqué lo del no.
Es innato, nuestros peques hacen algo y la boca parece que se nos llena de ese gran “muy bien”. Pero si mi hija me trae un dibujo y yo le digo qué bonito, muy bien, estaré ignorando:
Intenta abrir mi mano, como puedas, de cualquier manera. ¿Qué harás?, apretarás mi mano, los dedos, los forzarás y cuando veas que no puedes, probablemente, optarás por hacerme cosquillas hasta conseguir que la mano se abra.
Probemos otra opción. Coge mi mano, mírame, sonríeme y
Y aquí estoy, para las que ya me conocíais, las que me acabáis de conocer y las que me acabaréis conociendo.
Aquí está después de un año largo sólo en Instagram, el blog que muchas me habíais pedido, el blog donde leer y releer los cuentos, las frases de mamá, la distancia corta en la maternidad real.
Un lugar; refugio de las palabras que las madres atesoramos en los momentos que más pesan en la maternidad y en los que más compensan, palabras cifradas en un código íntimo, propio, sólo nuestro.
Aquí están… Y no vienen solas, estarán acompañadas del día a día; lo que aprendemos, lo que leemos, lo que inventamos, lo que cocinamos, en definitiva: lo que somos; una mamá y su chiquitina aprendiendo lo qué es la vida.
¿Nos acompañáis? Estaremos encantadas de compartir y descubrir el mundo con vosotros.