Ni los niños, ni las madres somos simples artículos u objetos a los que colgar una etiqueta, pero por alguna extraña razón somos el objetivo fácil de todo tipo de críticas, nos llueven los adjetivos y parece que no tenemos un buen paraguas para aguantar semejante chaparrón. Y no tenemos ese paraguas porque entre nosotras mismas; las madres, no nos apoyamos, y desafortunadamente muchas de esas “etiquetas” nos las colgamos nosotras, las compañeras de maternidad.
Nos las colocan tal cual si estuviésemos en un escaparate, catalogándonos: mamá de la liga de la teta, mamá moderna, a lo Montessori, mamá clásica, mamá de biberón, y a fin de cuentas nadie aprecia el nexo común: mamá. Ese concepto que debería ser inamovible y fruto de complicidad entre nosotras, y que igualmente nos ayudaría a evitar las “etiquetas” para nuestros hijos.
La pregunta más clásica que toda madre debe escuchar con su bebé recién nacido en brazos; ¿se porta bien? Mi respuesta era siempre la misma; es un bebé ¿cómo no se va a portar bien? Y luego esa sucesión de comentarios; si llora, si duerme, si come, … ¿Acaso no tiene que hacer todo eso? ¿Un bebé es malo porque llora? Y así sin más nuestros hijos abandonan el brazalete que le pusieron en el hospital, identificándolos, para ostentar las nuevas etiquetas que sus seres queridos, su familia, su entorno, han decidido colgarles. Unas palabras que van calando, acompañándoles en su vida, y sí, quizás, también, estigmatizándolos; llorón, quejica, malo, …
Las etiquetas de la ropa, las arrancamos con un simple jalón, deshaciéndonos de ellas y acabando en la basura, ellas y su recuerdo. Ese trozo de papel queda en el olvido, pero las etiquetas personales se adhieren a nuestra piel, a nuestra vida y la de nuestros hijos. Deséchalas.
5 comments
Cuánta razón tienes amiga, fuera etiquetas, fuera juicios innecesarios.
Así es, si lo asumimos entre todas quizás podamos evitarlas.
Muy buen post! Hacer esto requiere de mucho esfuerzo porque ya a veces etiquetamos hasta sin querer, pero sí, deberíamos intentarlo y seguro que el cambio merece la pena 😙😙😙
Efectivamente! Es cuestión de cambiar nuestro planteamiento y de vernos a las madres como compañeras a las que apoyar.
Genial reflexión. En esta sociedad se peca de que nos gusta opinar de todo y nos vemos con el derecho de poder hacerlo sin importar el efecto que tenga. Te pueden etiquetar y te puede sentar mal, pero no respondas que encima serás una descarada que no admites ni un solo consejo.