Tienes que probar esta actividad sensorial de arroz de limón
En casa probamos cualquier actividad sensorial. Nos encanta experimentar con arroz, harina, harina de mandarina, masas, plastilinas caseras,… Por eso siempre ando buscando nuevas ideas sensoriales que ofrecerle a mi peque. Y este arroz de limón es toda una experiencia para jugar.
Con tantas actividades sensoriales que habíamos hecho, siempre pienso que ya las hemos hecho todas. Pero no. Un día quería teñirle arroz a mi chiquitina, pero no me quedaban colorante de colores. Excepto el clásico bote de colorante alimentario amarillo, que no recuerdo cómo llegó a mi despensa. Sí, ese que encuentras en las estanterías de las especias y te puedo durar siglos en casa.
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¿Sabías que se puede teñir el arroz?
Así que rápidamente planteé que sólo habría arroz amarillo y entonces pensé añadirle un extra: olor. ¿Cómo conseguirlo? Pues con limón, que además del aroma nos permite agregarle su zumo que nos funciona como ácido cítrico, permitiendo que se fije el colorante.
Así que tardé más en pensarlo, que en hacerlo. Rápidamente tenía mi contenedor sensorial de arroz de limón.
¿Qué necesitas para esta actividad sensorial?
Pues cómo ves hace falta bien poco para hacer esta propuesta sensorial de arroz de limón.
- Arroz. Mejor si es de grano largo
- Colorante alimentario amarillo
- Limón
- Bolsa zip
Con cuatro cosas que tienes en la cocina tienes la base para esta actividad sensorial con la que los niños pueden jugar tranquilos, felices y de manera independiente.
¿Cómo se prepara esta actividad sensorial con arroz?
- Pon en una bolsa zip un buen puñado de arroz
- Exprime el zumo de un limón mezclado con un poquito de colorante. Recuerda que los colorantes tiñen mucho, así que con poca cantidad es más que sufiente
- Añade el arroz
- Cierra la bolsa herméticamente y mueve bien el arroz para que se mezcle con el zumo y el colorante
- Cuándo esté bien mezclado sácalo de la bolsa, extiéndolo sobre una bandeja, rállale la piel de un limón y déjalo secar un par de horas
La receta es realmente sencilla y tu peque puede ayudar a prepararla fácilmente. Todo el proceso en sí es todo un aprendizaje.
Ya sólo queda volcarlo sobre una bandeja, recipiente o contenedor grande. Yo le añadí unas cuántas alubias para que las seleccionara, invitándola a practicar aún más la motricidad fina.
¿Qué aprenden con un contenedor sensorial de arroz de limón?
El tacto es el sentido por el que percibimos y sentimos las cosas suaves, ásperas, duras, blandas, rugosas, así que con esta propuesta estamos desarrollándolo al máximo. Pero hay mucho más que está aprendiendo mi hija aquí:
- Habilidades de motricidad fina
- Comprensión de capacidad y volumen
- Desarrollar la habilidad de recoger y llenar
- Habilidades de vertido
- Coordinación man-ojo
- Trasvase
Los contenedores sensoriales no tienen que ser complicados
Ya sé que Instagram y Pinterest están llenos de propuestas sensoriales muy vistosas y elegantes. Realmente se ven preciosas y estoy segura de que deben ser muy divertidas para jugar. Pero, la realidad, es que los niños no necesitan todo ese “extra”. De verdad.
Los niños necesitan que el enfoque sea simple para que pueden desarrollar el juego siendo ellos los conductores del juego. Hay que permitirles inventar por sí mismos y no sobre la base de lo que se nos ha podido ocurrir a nosotras. Ya lo sabemos, podemos plantearles algo y acabar en otra cosa muy distinta. Pues con los contenedores sensoriales funciona igual.
Si aún no te has iniciado en los contenedores sensoriales
Lee este post con ideas, para no sentirte intimidada pensando que toda tu casa va a acabar llena de arroz, harina,..
Tranquila acabarán aprendiendo a recoger y comprender los límites de un contenedor. Y recuerda, la aspiradora será la gran aliada y compensará todo lo que tu peque va a aprender con un contenedor o bandeja sensorial
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