Harina de mandarina

Harina de mandarina. Esta es sin duda una de las actividades más completas, baratas, divertidas y sensoriales que podéis hacer con los peques.

Y empieza en el momento que peláis las mandarinas, si sus pequeñas manos están preparadas podrán pelarlas ellos mismos. Luego hay que dejar las pieles secar sobre una bandeja extendidas, si hace buen tiempo y luce el sol podréis tenerlas secas en un par de días, si tenéis que secarlas dentro de casa, como lo hice yo, tendréis que esperar un par de semanas aproximadamente. O también podéis acelerar el proceso si tenéis radiadores y de esta forma os aseguráis un agradable aroma por toda la casa.

A continuación las trituráis con la batidora o picadora, que también pueden colaborar los peques. Usar la batidora es realmente divertido y estimulante para ellos, siempre bajo supervisión de un adulto, por supuesto.

Ya sólo queda disfrutarla, y lo podréis hacer enseguida porque el aroma invadirá toda la casa rápidamente.

Dejadles que la sientan, palpen, toquen, huelan; ponedles a su alcance todo tipo de recipientes para que trasvasen,  palitas como éstas, coladores, escondedles objetos para que los busquen, dadles embudos para que rellenen bolsitas de olor. Y sí, incluso,  dejadles que la tiren y luego la recojan.

Las actividades sensoriales son muy completas en desarrollo de habilidades. Ninguna otra actividad abarca un grupo de edad más amplio para que puedan disfrutarla niños de diferentes edades. Es una propuesta sin edad y que es capaz de captar la atención de los pequeños fácilmente. Además la pueden compartir hermanos en igualdad de condiciones.

¿Qué aprenden con las actividades sensoriales?

• Motricidad fina
• Coordinación mano-ojo
• Imaginación
• Destrezas de trasvase
• Movimiento de pinza
• Habilidades matemáticas

Os aseguro que la diversión, el aprendizaje y el aroma están garantizados con esta actividad tan natural. Además de trabajar la paciencia al tener que esperar el tiempo de secado y preparación. Ese es un valor añadido a esta sencilla propuesta que nos hará disfrutar en familia. Y con la que aún se podrá aprender más, cuándo los pequeños tengan que recoger toda esa harina que habrá acabado esparcida por aquí y por allá. Pero no sufráis es parte de todo el proceso. Esa también es una habilidad para practicar: la limpieza y el autocontrol, para aprender a no acabar tirando siempre.

¿Por qué hacer harina de mandarina?

• Se estimulan diferentes sentidos: el tacto, el olfato, la vista.
• Se observa la evolución del paso de mandarina a harina
• Se constata la diferencia en las texturas de la piel durante el proceso de secado
• Se favorece el trasvase

Luego la podéis mantener en un recipiente hermético durante mucho tiempo. Siempre en función del uso que tenga lógicamente.

Si los peques están aburridos, cansados, enfadados, si no se encuentran bien, no hay mejor entretenimiento que la harina de mandarina.

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Y si os apetece experimentar podéis probar también a hacer esta plastilina con yogur. Y para no perderos ninguna de nuestras actividades sensoriales no dejéis de suscribiros al blog.